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Muelle flotando
...soy una náufraga sentada en el extremo de mi isla, aguardando que algo rompa el tedio del horizonte y lanzo, a la brisa que sacude este lugar, mis llantos en forma de palabras cojas... así empezó todo

miércoles, 11 de abril de 2007

Miedo... a ser dovorada

Odeim camina y, cada paso dado, es más frágil que el anterior. Su mirada ya no se muestra dócil y parece pertenecer más al horizonte que a sus deseos. Odeim se adentra en el bosque de retorcidos árboles desnudos, telaraña flexible que acoge su cuerpo con delicadeza y se cierra tras su espalda, abrazando el calor que sobrevive unos instantes, detrás de su cuerpo en movimiento.


Odeim se pierde en la espesura de troncos fuertes y ramas afiladas. Sus pies se enredan con arbustos y maleza de fino alambre de espino. Sus tobillos sangran y manchan el suelo. Odeim se vacía en el bosque, se deshace en dolor punzante, pero nunca se detiene. Odeim reza en silencio, se convence de que encontrará un camino, de que dará un nuevo paso. Encontraré un camino, espérame, encontraré una salida.


Odeim yace en el suelo. Su cuello es delineado por agudas hojas metálicas. Los ojos anegados de lágrimas son incapaces de ver el cielo reinando sobre las ramas más lejanas, inalcanzables, casi eternas. Los arbustos metálicos se cierran sobre su cuerpo, lo oprimen, le engullen. Odeim reza en silencio, se convence de que hallará un camino, una salida. Encontraré un camino, espérame.


El bosque descansa tranquilo, susurrando, de árbol en árbol, el gesto de terror que reflejaba su cara al final y jactándose de la ridícula voz que huía de la muerte, como una rata asustada, cuando todo empezaba a ser paz de nuevo, a ser olvido. Espérame, por favor, espérame. Y el cielo se hizo azul y la hierba se volvió a mecer con el viento. Un par de zapatos descansan a los pies de un tronco anciano y hueco, olvidados allí, sin nadie que los reclame. La brisa penetra en el bosque, desbocada, para llevarse el poco calor que resiste flotando, temblando como un latido en el ambiente. Llega la luz, se abre paso y todo se va, nada queda.







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